El doctor Tarbell tenía un don especial para crear, resolver y presentar misterios. Las cosas que consideras imposibles de lograr, el doctor Tarbelllas conseguía. Hizo del misterio un arte, pero también una ciencia. Intrigaba tanto a magos como a profanos. A temprana edad, el doctor Tarbell se percató del extraño poder que lo misterioso ejerce sobre el hombre, y de cómo conforma su destino. Comprobó que las leyendas viven cuando los hechos mueren, y que demasiado a menudo la ilusión se parece más a la verdad que la propia verdad. Así que se puso a estudiar toda la magia que encontró por el mundo, la que practicaban los hechiceros en las selvas, los prestidigitadores "Culi-Guli" de Egipto, los magos de Oriente y de Occidente, los sacerdotes de los templos paganos, y también estudió los "Misterios de la Verdad" desarrollados por los grandes "Maqi", los sabios de las "Hermandades Secretas". Basándose en su inusual conocimiento sobre esas materias, elaboró números que causaron verdadera sensación en los escenarios americanos. La pericia del doctor Tarbell para crear misterios, su agradable personalidad, su particular sentido del humor y su facilidad de palabra, le otorgaron una categoría aparte. Cualquier tipo de público disfrutaba con el doctor Tarbell. Fue un entretenedor sin rival.