Dominó mariposa es la obra poética de un ingeniero que ama la palabra, el proyecto metódico de un poeta que diseña una intuición y la construye. Una obra que nace de un esquema limitativo para el proceso de escritura: el uso de una cárcel estructural desde la cual surja -mediante una azarosa sucesión de causas y efectos- la libertad necesaria para que pueda darse el vuelo poético. Por eso, es también una obra experimental, orgánica, en cuyo ciclo compositivo fueron brotando ideas con que liberarse de las ataduras sistematizadas y autoimpuestas. De ahí la creación, entre otros, del poema-espejo EL DOLOR, del poema-matrioshka LA VIDA (texto con hasta tres niveles de lectura) o del poema-puzle DESAPARICIONES (donde el poeta deja que el lector o lectora hile su propio poema). Anhelar, por tanto, la libertad poética desde el interior de una celda implacable: ese fue el germen original de Dominó mariposa. Y desde ese punto de inicio, el autor se deja llevar en su escritura, a lo largo de los años y conducido por casualidades y causalidades, para acabar hablando y reflexionando sobre los grandes temas que siempre le persiguen: el tiempo y el azar, el amor y el dolor y la vida y la muerte.