Carlos Ros retrata en este libro el rostro más humano y la trayectoria vital de un hombre bueno: José María Bueno Monreal (1904-1987) cardenal arzobispo de Sevilla desde 1954, que es considerado el obispo más querido de la diócesis sevillana después del beato Marcelo Spínola. Ordenado sacerdote por Rafael Merry del Val y designado obispo por Pío XII, Bueno Monreal participó en el Concilio Vaticano II, fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española en 1972 y asistió a los cónclaves en los que result
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